Una Venezuela sin Nicolás Maduro

Por Carlos Galvis.Noviembre 27, 2025

En los últimos años, los venezolanos hemos sido víctimas de una cruda y lamentable realidad, una crisis humanitaria, social y económica que tiene un único y principal responsable: el régimen liderado por Nicolás Maduro. Durante mucho tiempo, se ha tratado de argumentar que la crisis ha sido motivada por sanciones y guerras económicas externas; la realidad y la verdad es que se trata de una dictadura que ha secuestrado las instituciones, desmantelado el Estado de derecho y convertido la nación en un mar de pobreza y desesperanza. Un cambio es más que imperativo moral, es la única manera de garantizar que nuestro país surja nuevamente y pueda ser reconstruido, construyendo un futuro de abundancia y prosperidad para las siguientes generaciones. 

El gobierno de Nicolás Maduro es el principal obstáculo para una Venezuela prospera, dado a que es el principal artífice de una represión y control social desmedida en contra de la población. Los venezolanos hemos sido testigos de la brutalidad sistemática de una dictadura cruel, donde las voces disidentes son silenciadas con violencia, la tortura se utiliza como herramienta política y la justicia es un brazo ejecutor del poder. Este miedo constante ha fracturado el tejido social y ha obligado a millones a elegir entre el silencio y el exilio.

Por otro lado, el régimen ha destruido el sistema económico de la nación lo que ha resultado en la aniquilación de oportunidades para las generaciones más jóvenes que suenan con emprender y construir un país mejor. Un país con los recursos naturales como Venezuela, ha pasado de ser uno de los países mas ricos de la región al ser el más pobre; la dictadura solo les ofrece a los jóvenes salarios de miseria, universidades degradadas y la única perspectiva de buscar alguna forma de emigrar y perseguir un futuro mejor en el extranjero. La dictadura de Maduro no solo empobreció el presente, sino que robó el futuro de toda una generación.

Claramente, los venezolanos no queremos seguir condenados a la miseria eterna a causa de un régimen, queremos perseguir incansablemente el sueño de un nuevo país, en el cual sin el yugo de la dictadura trabajemos en un plan de reconstrucción basado en nuestras fortalezas y alianza, el país debe sanar muchas de las heridas que 27 años de chavismo nos han dejado. La caída del régimen de Maduro es la llave que desbloqueará un potencial reprimido y despertará a una generación de jóvenes a construir un nuevo país de oportunidades y abundancia. 

Es un hecho, que millones de venezolanos profesionales, ingenieros, médicos y emprendedores que se vieron forzados a dejar el país regresaran a reencontrarse con sus familias y no regresarán con las manos vacías, sino con un capital humano invaluable: conocimiento, experiencia, nuevas ideas, disciplina y una sed inmensa de reconstruir Venezuela. 

Venezuela posee las mayores reservas probadas de petróleo del mundo, además de vastos recursos en gas, oro, hierro y otros minerales estratégicos. Bajo un gobierno democrático, transparente y con seguridad jurídica, estos recursos se convertirán en el principal motor para diversificar la economía, atraer inversiones masivas y generar millones de empleos de calidad. Con la recuperación de la democracia, Venezuela no solo se estabilizará, sino que está destinada a ser uno de los países más prósperos del mundo en una generación.

Es nuestra responsabilidad, como jóvenes, alzar la voz y luchar por una Venezuela in Nicolas Maduro; El cambio de gobierno es el único camino viable para asegurar que la próxima generación de venezolanos crezca en una patria libre, con hospitales funcionales, escuelas de excelencia y un horizonte de oportunidades. Venezuela tiene todos los recursos; solo necesita recuperar su libertad para convertirse en la potencia que siempre debió ser.